Una de las noticias más destacables de los últimos tiempos ha sido el
giro dado por el FMI en sus ideas sobre cuál es la salida más apropiada a la
crisis económica, pasando progresivamente de una defensa más que dogmática de
la austeridad hacia una progresiva relajación de tales ideas, indicando ahora
la conveniencia de dar más tiempo a los países y acompañar las medidas de
austeridad con las de crecimiento. Ese cambio de debió gran parte a que se
dieron cuenta que habían subestimado los multiplicadores fiscales, cuestión que
viene muy bien explicada aquí..
Con todo parece que los señores del FMI han descubierto algo que era bien
fácil de entender: si hay que hacer un ajuste presupuestario porque las deudas
son muy altas es lógico que haya que aumentar los ingresos y reducir los gastos
para equilibrar, pero hay que asegurarse de que esas deudas serán pagadas en el
futuro. No te puedes cargar a tus fuentes de ingresos (en este caso equivaldría
a decir que no se puede deteriorar el poder adquisitivo de los contribuyentes)
porque sino esa deuda se convierte en impagable.
Hasta ahora la defensa de la austeridad por encima de todo y la
materialización de la misma a través de unos ajustes presupuestarios que han
empeorado la vida en mayor o menor medida de la mayoría de la población (de la
lucha contra la evasión y la elusión fiscal ni hablamos), han sido equivalentes
a echar gasolina a algo que ya está ardiendo, no han dado resultado alguno, o
al menos los resultados que el FMI había ido pronosticando. Ahora ellos
justifican de alguna manera que esos resultados no se han alcanzado por su
fallo al valorar los multiplicadores fiscales. Veremos con el tiempo si la
diferencia entre lo previsto y lo alcanzado se debe a eso y no a otras cosas
adicionales como el empeoramiento de las condiciones de vida de la población, el
crecimiento de las desigualdades o el aumento de la gente que vive en la miseria
como ha ocurrido en Grecia por efecto de la austeridad pasada.
En estas gráficas podemos observar el desfase entre las predicciones
del FMI y la realidad para el año 2011. Y una segunda gráfica en que se
muestran las evoluciones de las predicciones para el año 2012; todos los datos
obtenidos de la propia página del FMI, de sus WEO que publica periódicamente.
En ambas, la variable a analizar es el crecimiento del PIB, aunque se
podría también hacer lo mismo con la deuda y el déficit, tal vez eso lo dejamos
para otro post.
Nadie tiene una bola de cristal para poder adivinar el
futuro, es complicado que las predicciones se ajusten completamente a la
realidad. Pero es muy llamativo observar cómo en el año 2011 la mayor
desviación fue en Grecia (país que ha aplicado mayores recortes durante más tiempo).
Mientras que respecto a 2012 se puede ver una tendencia general de
empeoramiento de las predicciones del FMI a medida que el tiempo iba avanzando,
siendo más grande la variación en Grecia, España, Portugal e Italia, que se
encuentran entre los países europeos con mayores problemas y que más medidas de
austeridad han venido aplicando, sin apostar por medidas de crecimiento.
Irlanda es una vez más el caso excepcional, pero eso se explica porque ya de
por sí es un país que tiene ciertas particularidades dado su bajo impuesto de
sociedades en relación con los países del entorno, lo que atrae empresas al
país y genera empleo dentro del mismo.
En definitiva, el FMI ahora nos dice que ha fallado en sus
estimaciones, vendiéndonos en el pasado reciente una salida a la crisis de la
mano exclusiva de la austeridad, mientras que iba corrigiendo las sucesivas
predicciones a futuro contradiciendo con los datos su discurso. En el futuro se
verá, como ya antes comentaba si el retraso en la salida de la crisis respecto
a las predicciones anteriores se debe a eso o hay más factores que están
influyendo y que es necesario resolver para salir sólidamente de esta crisis.
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